El
Carnaval y sus orígenes
¡Carnaval, Carnaval, llegó el Carnaval! es lo que los Ponceños decimos en estos días. Las festividades que anualmente disfrutamos
con la entrada del ¡Rey Momo!, ¡El Baile de la Salsa!, ¡Las Coronaciones de las
Reinas!, los distintos espectáculos que se presentan en la Plaza Las Delicias,
¡El Desfile de Carnaval! y por último, el adiós de los días que disfrutamos con
el ¡Entierro de la Sardina!
El Carnaval se
celebra en muchas ciudades y por lo general se caracteriza por el uso de las máscaras,
por los desfiles, la música y las actividades públicas.
La temporada del
Carnaval es justamente antes del Miércoles de Ceniza, el primer día de vigilia
antes de la Cuaresma. El día anterior al Miércoles de Ceniza, llamado el Martes
del Carnaval (en francés Mardi Gras), es el último día de la celebración del
carnaval, que en muchos lugares es realmente una fiesta desenfrenada que a
menudo dura tres días, pero a veces dura varias semanas. Grandes ciudades del
mundo celebran esta festividad: Niza, Munich, Trinidad, Nueva Orleáns y Río de
Janeiro, siendo estos tres últimos los más fastuosos en su celebración.
¿De dónde
proviene la palabra Carnaval?
La opinión
popularmente aceptada es que la palabra carnaval tiene que ver con la abstinencia
de la carne durante el ayuno católica en la cuaresma. Se dice que la palabra se
deriva del latín “carne vale”, que significa “carne adiós”.
El Rey Momo es
“Su Majestad, majestad del Carnaval”, quien cuando hace su entrada señala el
inicio de la festividad. El Entierro de
la Sardina nos señala el final. ¿Por qué se llama el “Entierro de la Sardina”?
La posible explicación puede ser la frase “la última sardina de la banasta” que
explica el haber llegado la final. Siendo frase marinera y siendo Ponce puerto
del mar, cabe la posibilidad de la sustitución de enterrar la sardina en vez de
darle muerte al Rey Momo.
En España, una
de las más entusiastas partidarias de los bailes de carnaval a todo lujo fue
Doña María Cristina de Borbón, la viuda de Fernando VII. Ella había asumido la regencia del reino
debido a la edad minoritaria de la heredera al trono, la Reina Isabel II.
La celebración
de los carnavales en España estuvo siempre muy lejos del fausto con que lo
celebran otros países de Europa; sin
embargo, adquirió una cierta importancia en Valencia, Sevilla, Barcelona y
Madrid. En estas dos últimas poblaciones fueron famosos los bailes del Teatro
Real, de ahí entonces a través de los viajeros que llegaban a Ponce por su
puerto, nos trajeron las fiestas de carnaval que en principio fueron
bailes. El primero de estos bailes de máscaras
se celebró en el año 1858 y fue en la Empresa Gallera, propiedad de la guardia.
En Ponce la
celebración de las carnestolendas continuó en el Casino de Ponce, fundado en el
1862, y al inaugurarse el Teatro La Perla en el 1864; y al trasladarse a un
edificio en el anexo al Casino de Ponce, se convirtieron en principales centros
de estas actividades, celebrándose los grandes bailes en el amplio salón de
butacas del Teatro.
Los antiguos
carnavales ponceños se desarrollaban en un ambiente de pomposidad; eran
espectáculos de grandes contrastes donde imperaba el bullicio y la alegría,
gran alborozo con demostraciones de bomba y plena, derroche de recursos,
ocurrencias y originalidad. No había
excepciones. El espíritu carnavalesco lo
invadía todo, desde los salones de centros sociales hasta las casas de las familias,
plazas de recreo, calles y avenidas. En fin, nadie se escapaba de aquel reclamo
de júbilo que arrastraba a las multitudes en un frenesí de carcajadas.
Momentáneamente,
el pueblo parecía olvidar sus problemas del diario vivir. La mascarada se adueñaba de la comunidad,
cuya muchacha daba rienda suelta a su imaginación creadora de “originales”
maldades y la chiquillada provocando a los cuernudos vejigantes que repartían
vejigasos a diestra y siniestra.
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